Quiénes Somos: Proyecto Educativo
Somos un Colegio que ofrece a la sociedad una propuesta educativa, que con una excelente preparación académica, tiene por objetivo la formación integral (individual, social y trascendente) del alumnado, desde la etapa de Infantil a bachillerato, según los valores y espíritu del Evangelio, desde la corresponsabilidad del Equipo Educativo y con la colaboración de sus familias.
Ideario del Centro
El funcionamiento de un Centro tiene como marco general el Proyecto Educativo del Centro (PEC) y que en nuestro caso, se asienta sobre tres pilares fundamentales:
Pilares Fundamentales
Centro educativo
Centro educativo católico
Centro educativo agustiniano
Centro educativo
- Lograr la formación integral de la persona mediante el desarrollo armónico de todas sus potencialidades físicas, psicológicas, socioculturales, morales y trascendentes.
- Desarrollar las aptitudes personales, estimulando la libertad y la responsabilidad, el diálogo, la creatividad y la investigación científica.
- Fomentar valores de alcance universal como el respeto, la libertad, la paz y la convivencia.
- Educar progresivamente a los alumnos desde la realidad social, cultural y científica, en relación dialéctica con las formas de vida, costumbres y tradiciones de la sociedad en que se desenvuelven.
- Globalizar la mirada sobre la realidad social e intentar marcos universales a la hora de enfocar los problemas o de tratar los grandes temas sociales.
- Afirmar de forma práctica que la interculturalidad representa un espacio moral de encuentro humano y conlleva las exigencias morales de la libertad, el respeto y la complementariedad.
- Crear hábitos de trabajo personal y en grupo con un marcado espíritu creativo, para afrontar las nuevas situaciones y poder participar en la transformación de una sociedad más humana.
- Favorecer la enseñanza personalizada para que nuestros alumnos sean ellos mismos los artífices de su propia educación.
Centro educativo católico
- Anunciar explícitamente la persona y el mensaje salvador de Jesús, porque el alumno «necesita en su educación ejemplos, realizaciones y proyectos claros y positivos de sus aspiraciones más nobles como desarrollo de sus capacidades».
- Entender la acción educadora como «lugar de evangelización, de auténtico apostolado y de acción pastoral», con una atención particular al desarrollo de los conocimientos, actitudes y procedimientos que configuran la dimensión espiritual humana.
- Acoger a los alumnos en su realidad concreta, conscientes de que son reflejo de los modos de pensamiento y de vida imperantes. La indiferencia, la duda y hasta la incredulidad son fenómenos comunes de toda la juventud contemporánea.
- Ofrecer a los alumnos un tipo de Centro educativo que, además de garantizar un alto grado de competencia profesional, sea aula de evangelización porque abarca todas las dimensiones del ser humano -también la religiosa-, y sus educadores son testigos de los valores del espíritu y de la presencia de la Iglesia en el mundo de la cultura.
- Transmitir una educación cristiana que haga posible la experiencia personal y comunitaria de la fe e impartir una enseñanza religiosa escolar de acuerdo con las orientaciones de la Iglesia católica.
- Formar a nuestros alumnos para que actúen en la vida, individual y colectivamente, según criterios y actitudes evangélicas.
- Acompañar en la fe y en la vivencia progresiva de la vida sacramental a los alumnos, profesores, padres de alumnos, personal de administración y servicios y colaboradores -en un marco de libertad religiosa-, sin olvidar la atención, el diálogo y el respeto hacia otras opciones religiosas distintas a la católica.
- Fortalecer y subrayar la importancia del Departamento de educación en la fe, verdadero núcleo dinamizador de las actividades que encarnan los valores cristianos, las grandes opciones defmitorias del Centro y la educación moral de los alumnos en la doble dimensión personal y social. El Departamento de educación en la fe, por tanto, ocupa un lugar central en el organigrama escolar y vela por los programas de pastoral y las acciones explícitas encaminadas a impulsar el proceso dinámico y global de la evangelización.
Centro educativo agustiniano
- Educar para el estudio, la reflexión y la inte-rioridad con el fin de descubrir las verdades que aportan la ciencia y la técnica, y, con la ayuda de la gracia, encontrar «la verdad eterna donde el Maestro bueno y único instruye a todos sus discípulos» (Confesiones XI, 8,10).
- Mantener un diálogo permanente entre fe y cultura para llevar a los alumnos a la búsqueda de Dios desde la propia interioridad y en el proceso de adquisición de nuevos conocimientos. «No es el maestro quien ilumina con su luz el alma del alumno. Del mismo modo que alguien ilumina una casa abriendo sus ventanas, así el maestro – abriendo paso a la luz de la verdad -, hace que sea la propia verdad la que ilumine el alma del alumno» (Comentarios a los Salmos I 18, 18,4).
- Desarrollar la dimensión humana de la inte¬rioridad como lugar privilegiado para la plena humanización y para descubrir a Dios. «Es al hombre interior a quien habla Dios. Los oí¬dos, los ojos, los restantes miembros visibles son morada o instrumento de alguien que mora en el interior» (Sermón 53, 15).
- Promover dentro de la comunidad educativa la espiritualidad de comunión, que nos convierte a todos en condiscípulos (cf. Sermón 242,1), que compartimos una verdad que «no es mía, ni tuya, para que pueda ser tuya y mía» (Comentarios a los Salmos 103, II, 11), unidos alrededor de Cristo, caminando hacia el Padre (cf. Comentarios a los Salmos 147,28).
- Articular la máxima inclusividad y la adecuada flexibilidad del sistema educativo, de modo que sea posible una cultura comunitaria y de acogida como ejercicio de verdadera solidaridad y de atención real a los alumnos con necesidades específicas.
- Hacer del alumno una persona consciente de sus valores y metas, pero nunca desvinculado de los demás, ya que su crecimiento se realiza y desarrolla en la relación con los otros.
- Iniciar al alumno en la vivencia de la amistad como proceso de apertura a los demás y a la trascendencia.
- Cuidar la ecología educativa -clima humano, instalaciones materiales, decoración de las aulas…- de modo que los alumnos se sientan felices en su trabajo, en las relaciones con profesores, compañeros y compañeras, personal colaborador y en todas las actividades de la vida del colegio.