El martes nuestros alumnos visitaron San Pablo Extramuros, una colosal basílica que tan solo está por detrás de la de San Pedro en tamaño. Allí pudieron contemplar los restos del Apóstol de los Gentiles, así como la cadena con la que le sujetaron hasta su ejecución en tiempos del emperador Nerón.
Después tuvo lugar la visita guiada a los Museos Vaticanos, donde quedaron fascinados por las maravillosas pinturas de la Capilla Sixtina, y las casi infinitas muestras de arte griego y romano.
Por la tarde descendieron a las sobrecogedoras catacumbas de Priscila, con sus tumbas y frescos paleocristianos. Entre otras cosas, contienen la primera representación de la Virgen y el Niño de la historia.
Más tarde tuvieron tiempo libre para seguir recorriendo las calles romanas, y por la noche dieron una cálida despedida a Maurizzio, el simpático chófer que les hizo de guía durante los recorridos en autobús.
El Miércoles de Ceniza coincidió este año con el día de San Valentín, que también es la onomástica y el cumpleaños de nuestro padre director.
La mayoría de los alumnos optaron por subir a la cúpula de San Pedro, donde se pueden obtener las mejores vistas de la ciudad de Roma. Muchos subieron a pie los más de quinientos cincuenta escalones, aunque otros prefirieron ahorrarse esfuerzos y tomaron el ascensor que hace parte del trayecto.
A mediodía el grupo se acercó a la curia generalizia de los Agustinos (nuestra Casa Madre). Allí, en la capilla de Santa Mónica, recibieron la ceniza de manos del Padre Valentín. Después permitieron al grupo ascender a la terraza del edificio y disfrutar de unas privilegiadas vistas de la Plaza de San Pedro.
Tras la comida, partieron a Asís, donde pernoctaron en el magnífico hotel Le Grazie.
